Si, efectivamente producen una
carcajada que poco a poco se convierte en dolor, desilusión y lo más preocupante
en desesperanza. Sin embargo, este escrito no pretende decir que “el agua moja”
y mucho menos hablar de lo que ya se ha dicho; la corrupción en las campañas, el
clientelismo y la compra de votos con dinero, tejas, mercaditos, abanicos, etc,
etc. Esta nota es una campaña para visibilizar a la mejor candidata que puede y
debe tener nuestro país: LA EDUCACIÓN.
Esta es una invitación a votar por una
candidata que puede solucionar los problemas de desigualdad, inclusión y discriminación.
La educación es un vehículo que, en palabras de Juan David Aristizábal,
profesor del CESA y cofundador de Buena Nota, organización que apoya a los
emprendedores sociales, nos llevará por las vías del conocimiento, la
innovación y el desarrollo a definir el modelo de país que queremos.
Como es usual en todas las campañas, realizamos un sondeo, le preguntamos a hombres y mujeres que han
tenido acceso a la educación ¿qué le pediría a esta candidata?
El economista caleño y asesor del Sena Víctor
Saavedra de 28 años, quien estudió en la Universidad de Los Andes y en Harvard señaló que le
exigiría excelencia “estamos acostumbrados a la mediocridad”, asegura que
necesitamos mejorar la calidad de docentes, aumentar la remuneración y el estatus
a los profesores.
Rosy Margarita Cotes Cortes, de 24 años de
edad, abogada y Consejera Superior de la Universidad del Cesar dice que su
candidata “tiene que ser holística, regionalizada; debe tener un sentido más
crítico, recoger raíces ancestrales, culturales y étnicas, que sea garantista
del desarrollo y el progreso.
Laura Villa una paisa de 29 años de edad, asesora
del Banco Agrario, economista con especialización en gobierno y maestría en
administración pública exige a su candidata “trabajar por la igualdad de
oportunidades y el acceso para todo el mundo a la educación”
Y como dicen las campañas tradicionales: “No
dirigimos a usted amigo colombiano”, quien seguramente se estará preguntando ¿Y
yo por qué debo votar por la educación?, le tenemos la respuesta.
En la prueba de educación Pisa, la más
importante del mundo, Colombia quedó en el puesto 61 de 65 países. Las tasas de
cobertura en preescolar, secundaria y media llegan solo al 63, 71 y 40 por
ciento, respectivamente y la desigualdad arroja cifras lamentables como que la
educación promedio de un adulto de estrato 1 es de 5,2 años, la de un adulto de
estrato 6 es de 12,7 años. El puntaje promedio de un estudiante de estrato socioeconómico
bajo, en las pruebas Saber 11, es 18 por ciento menor que el promedio que
obtiene un estudiante de estrato alto. Así lo señala Catherine Rodríguez, profesora de la facultad de
Economía de la Universidad de los Andes http://www.portafolio.co/opinion/politica-estado-la-educacion
Podríamos continuar con una larga lista de
las estadísticas de la mala educación en Colombia. Sin embargo, es posible
toparse con las siguientes respuestas: Yo no hago parte de esa muestra, gracias
a Dios estudié en un buen colegio, las personas que conozco han tenido acceso a
la educación pública y las que no lo han hecho es porque no se han esforzado.
Esta campaña conformada por seres humanos
comprometidos con el desarrollo humano y social del país opta por dejar a un
lado las cifras que se convierten en datos lejanos para mostrarles las caras de
la realidad.
Wikdi es un niño del Chocó que realiza un
esfuerzo que ningún niño debería hacer para lograr asistir a la escuela, camina
cinco horas diarias para ir y volver de ella. Colombia tuvo conocimiento de
esta historia gracias a “La Travesía de Wikdi” http://www.soho.com.co/zona-cronica/articulo/la-travesia-wikdi/25819,
una crónica escrita por Alberto Salcedo Ramos, premiada en el año 2013 con el
Ortega y Gasset de Periodismo y con el premio a la excelencia de la Sociedad
Interamericana de Prensa
Juan David Aristizábal contó el caso de una señora
que trabaja como empleada de servicio ganándose el sueldo mínimo, ella pagó 4
años de mensualidad en un colegio privado para que su hija no tuviera problemas
de drogadicción en un colegio público y resultó ser un colegio pirata, que no
estaba acreditado por el Ministerio de Educación.
También recordamos una crónica hecha por
Pirry sobre dos hermanos que estudiaban en jornadas opuestas porque debían
compartir los zapatos para poder ir al colegio.
Éstas son algunas de las historias que
revelan la realidad de miles de niños y jóvenes colombianos que no tienen acceso a la educación y si la tienen, no cuentan con profesores capacitados y mucho menos con la calidad necesaria para competir laboralmente con otros países.
En definitiva necesitamos un país en el que la educación sea un punto de integración de la familia, la comunidad el gobierno y la empresa privada y la principal prioridad nacional para ser un país mejor.
En definitiva necesitamos un país en el que la educación sea un punto de integración de la familia, la comunidad el gobierno y la empresa privada y la principal prioridad nacional para ser un país mejor.
Te invitamos a Votar por la solución
http://www.todosporlaeducacion.co/colombia
Yo ya voté ¿y tú?
Yo ya voté ¿y tú?
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