miércoles, 5 de marzo de 2014

Lector en voz alta, se les tiene

Diego leyendo en una librería especializada en literatura infantil y juvenil de Medellín

Señoras y señores, viejas y viejitos, niños y niñas. Óiganme bien. Le tengo a la plañidera que llora por sus seres queridos en velaciones y funerales; también le tengo al ayombero; encargado de gritar “ay hombe” en parrandas vallenatas; le traigo la saca piojos; le ofrezco lavarle las manos a los transeúntes y hacer la fila para pagar las facturas.

Ésta podría ser una lista de servicios de los llamados “culebreros paisas”. Sin embargo, estos oficios existen y son la manifestación del ingenio y el “rebusque” de los colombianos que en época de crisis económica y por circunstancias particulares, ponemos en funcionamiento nuestra creatividad y dones para trabajar.

Hoy, les tengo, les traigo y les ofrezco otro ejemplo de inteligencia, astucia, superación e innovación colombiana. Diego Alejandro Ruiz Gómez es un joven de 29 años de edad, nacido en Medellín, quien además de ser profesor universitario ofrece el servicio de leer en voz alta – óiganme bien - servicio de lector en voz alta.

Diego es licenciado de la Universidad de Antioquia en educación básica con énfasis en humanidades y lengua castellana y desde pequeño se apasionó por la lectura. Cuenta que después del asesinato de su padre, cuando tenía 14 años de edad, producto de la violencia en Colombia de los años 90’s, se refugió en una biblioteca pública que le permitía conectarse con historias diferentes a la realidad de ser el mayor de cuatro hermanos que junto a su madre, debió asumir la responsabilidad del hogar.

Señala que ha sido lector en voz alta desde niño. Inició esta labor leyendo las lecturas dominicales en la parroquia La Natividad de Nuestra Señora, también reunía a sus amigos del barrio para leerles los cuentos de los hermanos Grimm, y dice que siempre fue el “nerdo de la clase que alzaba la mano para leer”, luego pasó por las tablas del Teatro Popular de Medellín y fue cantante de una coral durante tres años.

Estando en la universidad una de sus compañeras le sugirió ser promotor de lectura en los llamados parques bibliotecas, además hizo parte de la alianza para fomentar el préstamo de libros en las estaciones del metro de Medellín y leía en voz alta mientras los pasajeros esperaban la llegada del transporte. Desde entonces, y gracias a sus profesoras del colegio y la universidad, asegura que “la lectura crea comunidad, crea vínculos como el hombre primitivo que se reunía alrededor del fuego a narrar cuentos y los juglares que iban contando historias de un lugar a otro”.

Según sus amigos y clientes Diego es un hombre maravilloso con una capacidad increíble para hacer sentir especial a las personas a través de la lectura y también resaltan su capacidad de escuchar, tanto así que hace casi cuatro años una amiga le sugirió hacer unas tarjetas de presentación, ofreciendo el servicio de lectura en voz alta. Particulares, empresas y colegios empezaron a llamarlo y tiempo después se le ocurrió ofrecer el servicio de lecturas telefónicas y hace poco agregó a su portafolio las video llamadas por Skype.

Eliana Manzur una odontóloga de Montería conoció a Diego en el apartamento de una amiga en Medellín donde él leyó el cuento erótico "Vean, ve, mis nanas negras" de la chocoana Amalia Lu Posso Figueroa y señala que “Su voz se transformó, quedé absolutamente enloquecida con él”. En diciembre del año pasado Eliana pagó $ 300.000 por el servicio de lectura telefónica de poemas dedicados a sus familiares, y su hijo Daniel de 16 años le dijo “lo máximo mami, regálame un poema para mi novia”. 

A Miriam Márquez una artista paisa, dueña de la tienda de diseño La Pájara Pinta ubicada en la ciudad de Montería, su mejor amiga le dedicó un poema escogido y leído por Diego y asegura haber quedado muda al escucharlo “Sentí una cantidad de emociones y sensaciones que no podría explicar, lo que si sabía era que quien me lo dedicaba me amaba profundamente”.

También cuenta que en una ocasión fue contratado para leerle un poema a otro hombre y este pensó que lo llamaba para conquistarlo o hacerle una broma y de inmediato le colgó el teléfono. “Me sentí incómodo y apenado”. Sin embargo, el joven lo llamó después para solicitar que le leyera un poema a su novia.

Otra de las anécdotas la contó con la siguiente introducción “De esta historia te quería hablar” –Aún no puedo ni quiero olvidar la felicidad, amor y gratitud que transmitió Diego con sus palabras- Señaló que, días antes de nuestra entrevista, Clara una clienta que conoció en la librería especializada en literatura infantil de la ciudad de Medellín llamada Simsalabim, lo invitó a conocer a Lucía, una niña de 8 años de edad que ofrece el servicio de cuentos y masajes por un valor de $ 500. Si señores, servicio de cuentos y masajes. La diferencia además del masaje es que el cliente debe decirle una palabra para que ella desarrolle la historia. 

La emoción de Diego al hablar de esta pequeña narradora oral fue tal que durante nuestra entrevista por Skype la llamó por teléfono para que la escucháramos. Al llamar a la casa de Lucía le informaron que ella se encontraba en el hospital Pablo Tobón Uribe recuperándose de la quimioterapia que le habían practicado hacía algunos días. Diego llamó al hospital y le preguntó al papá de la niña si ella podía atender su llamada, la pequeña pasó al teléfono y con una voz dulce, amorosa e interpretativa narró un hermoso cuento después de escuchar la palabra FELICIDAD.

Antes de despedirse, Diego le aseguró que la visitaría ese día y le leería un cuento, luego colgó el teléfono y relató su primer encuentro con Lucía. Cuando se conocieron ella no quería escucharlo y hasta le preguntó que cuánto cobraba por leer un cuento y ella le acusó de ser un “carero” por cobrar $15.000 (valor de cinco minutos de lectura telefónica). Sin embargo, él le leyó el cuento “Tito y Pepita” de Amalia Low y Lucía aseguró que pagaría $ 60.000 por escuchar el cuento todo el día (valor de una hora de lectura en voz alta a domicilio). También nos contó que el gran sueño de Lucía es tener un caballo (pero esa es otra historia que les contaré en otro momento).

Con los ojos iluminados y la voz pausada que lo caracteriza dijo que entre sus sueños se encuentra realizar una maestría en literatura infantil, tener una bibliovan en la que pueda transportar y promover la lectura y grabar un audio libro de cuentos para niños.

Aunque usted podría estar pensando –y tendría razón en hacerlo- que este servicio o labor no es novedosa, pues se realiza en otros países del mundo, considero que en Colombia, un país que según una encuesta realizada por el DANE,  la población mayor de 12 años lee la triste cifra de 1,9 libros al año y que las personas con discapacidad visual no cuentan con el apoyo suficiente y con las herramientas para acceder a la lectura; el trabajo, la dedicación y lo más importante la capacidad de dar a través de las palabras, dones, talentos y conocimientos a los demás, hacen de Diego Alejandro y de Lucía Toro unos seres humanos llenos de amor, felices, excepcionales e innovadores. Colombia SE LOS TIENE.

Pueden contactar los servicios de Diego Alejandro Ruiz Gómez, lector en voz alta a través del número: 3113556295




Taller de lectura en voz alta en el corregimiento el Totumo de Necoclí, Antioquia


Leyendo en voz alta en la estación del metro de Medellín como parte del programa "Pregoneros"

Diego leyéndole a Lucía el cuento pop up "Las crónicas de Narnia" de C. S. Lewis

Diego con Amalia Low en "picnic de palabras" en Bogotá

12 comentarios:

  1. mariangelicaortizgarciamayorca5 de marzo de 2014, 7:04

    Una maravillosa historia, me encanto, Cuchita no dejo de agradecer al Señor por la bendición que representas en nuestras vidas, la alegría que nos das al transportarnos a tu mundo de felicidad.
    Me encanta ver cuantos personajes fantásticos y positivos tenemos a nuestro lado, solo debemos mirar con mas detenimiento.

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  2. Mi cuchita me encantó! Me alegra saber de personas con estas dedicaciones, puede que algunas personas piensen que sean insignificantes pero lo que no saben es todo el beneficio y gratitud que trae para otras y que las mismas personas que cumplen con esta labor se sienten bien, agradecidas por saber que le pueden realizar un bien a otro.

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  3. Cuchita, excelente nota, definitivamente nuestro país está lleno de cosas buenas por contar. Una vez más te felicito por esta iniciativa y por compartirnos la historia de Diego.
    Un abrazo gigante. TQM

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  4. Diego es un hombre fabuloso... el don de encantar e hipnotizar no lo tiene cualquiera... él lo hace con facilidad y carisma, MARAVILLOSO !!

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  5. Que buen artículo, cada descripción me mostró al maravilloso Diego que conozco y de quién he aprendido muchísimo... Pero que mejor manera de reconocerlo que contratando sus servicios, así que a llamarlo!!!!

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  6. Que excelente historia; simplemente un amante de la lectura en voz alta; un encantador con la palabra. Felicitaciones Diego

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  7. Interesante historia Cucha. Personalmente no sabía que existía una labor como esta. ¡Por favor sigue escribiendo y compartiendo estas historias! Ricardo Donado.

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  8. Muy buena historia, me parece importante siempre resaltar las cosas positivas, algo que has hecho de forma maravillosa con esta historia. Felicitaciones Cucha, Felicitaciones a Diego y Felicitaciones a Lucía.

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  9. Ve Cucha esta nota tiene implicitos muchos factores a nivel, economico, politico y socilal que se viven actualmente en el pais, pero a la vez me hace acordar de La Josefa "mi querida madre" la cual le gustaban sus radio novelas por el simple echo que hacian volar su imaginacion y a sumergirse en la historia donde los prototipos de perfeccion no existian y aquella perfeccion de hombre o mujer eran acomodados al gusto individual del oyente .... Igual a Diego felicidades por ser innovador y generar emociones en cada una de las personas a las que le lee...

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